Hay pocas cosas más reconfortantes que el abrazo de un ser querido.
El contacto físico y la cercanía con esa persona, es una especie de refugio en el que nos sentimos a gusto.
Por desgracia la pandemia que nos esta tocando vivir ha hecho cambiar nuestros hábitos. Nos ha arrebatado nuestras muestras de cariño de contacto físico y nos esta haciendo perder, el poder sentir muchas emociones. No dejemos que esto pase en casa.
Para nuestros hijos somos sus personas de referencia, su refugio, por tanto los abrazos es una de las muestras de afecto más poderosas que podemos hacerles.
¿Le has preguntado a tu hijo qué siente cada vez que lo abrazas?
Algunos niños dirán que felicidad; otros, que amor, y los más pequeños podrán expresarlo con su rostro.
“Un abrazo es la máxima expresión de fraternidad, te da seguridad, energía, te estimula el cerebro y te sube el ánimo”. Un abrazo a los hijos está cargado de emociones y de amor incondicional. “Con ello lograrás que se sienta amado, aceptado y tranquilo”.
En el caso de los niños tiene múltiples beneficios, porque les permite tener la seguridad emocional de ser amados, sentirse protegidos y creer en sí mismos, porque su contexto lo expresa. El menor estará más relajado en sus relaciones y manifestaciones de cariño. Incluso hay quienes creen que si los niños se sienten protegidos y seguros, su nivel de cognición y habilidades intelectuales aumentan.
“Así se le transmite seguridad, estabilidad y protección”.
Los niños necesitan constantemente de los abrazos, las caricias y los besos para reafirmarse emocionalmente. Un niño que se siente querido, recibe afecto, es abrazado y acariciado crecerá más sano, más seguro de sí mismo y por ende, más feliz.
Los abrazos les protegen. Les refuerzan el sistema inmune, activando el sistema inmunológico y aumenta la producción de glóbulos blancos, encargados de luchar contra los agentes infecciosos como virus y bacterias.
Los abrazos no son un mero acto de acercamiento físico. Nos ayudan a conectar con nuestros hijos más allá de las palabras favoreciendo la comunicación afectiva.
Abrazar es una forma de decir “te quiero”, “te tengo en cuenta”, “me importas”, y aunque también es necesario que se lo digamos todos los días a nuestros hijos, los abrazos ayudan a reforzar ese sentimiento y a mejorar su autoestima.
Hazlo de corazón y sentirás el beneficio.
Cómo hacerlo
Lo primero es respetar los gustos y las necesidades de tu niño, esto implica que él aprenda y sienta la necesidad de dar abrazos y recibirlos cuando quiera.
“No obligues a tu hijo a hacer cosas a las que se resiste, permítele expresar sus emociones y necesidades, y trata de indagar con cariño cuál es la causa de su resistencia”.
No olvides que son seres humanos con necesidades y sentimientos propios.
Abrazar es un placer, y estimula los sentidos y las emociones; por eso, cuando tu hijo te abrace, hazle saber que para ti esa es una acción bondadosa con un reconocimiento positivo para la familia: el niño que abraza demuestra sus sentimientos.
Al recibir un abrazo, el organismo libera oxitocina, una hormona conocida como “la hormona del amor”, que genera una profunda sensación de bienestar. Contribuye a liberar las tensiones y a reducir la ansiedad y el estrés. Esto se debe a que los niveles de cortisol, la hormona que controla el estrés, se reducen cuando hay un contacto físico cariñoso por parte de otra persona. De esta manera mejoran el estado de ánimo. Cuando recibimos o damos unabrazo proporciona una dosis de alegría y buen humor. Si los niños se encuentran tristes, con un abrazo se sentirán reconfortados y acompañados.
El mensaje que este debe transmitir a tus niños es:
“Yo te amo, te sostengo, te apoyo, estoy contigo y no te juzgo”.
Ahora bien, si tu niño está molesto, procura no abrazarlo, déjalo expresar sus emociones sin reprimirlas. Destina un tiempo del día para hacerlo. En momentos de dificultad, la mejor manera de expresar sentimientos es a través del abrazo.
Hay adultos a los que le cuesta abrazar a otros y en ocasiones incluso a sus hijos. Esto puede ocurrir porque en su infancia no recibieron el cariño que necesitaban o por lo menos no de manera correcta, algo que les enseñó a no hacerlo.
Los niños que sufren esta falta de cariño por parte de los progenitores tendrán problemas en el futuro para poder acercarse de forma emocional y asertiva a otros.
Por este motivo no recibir este tipo de afecto es algo negativo que sufren algunas personas porque los abrazos los necesitamos todos desde que nacemos ya que esto les aportará grandes beneficios físicos e intelectuales pero sobre todo emocionales.
Sin lugar a dudas abrazar a los hijos son todo ventajas por lo que es importante abrazarles cada día.
Recuerda abrazar a tu hijo cada día porque los abrazos en los niños tienen más beneficios de los que crees.
Potencia este hábito en casa y abraza diariamente para que mejore la salud emocional de todos los integrantes de la familia.