Del Pañal, al WC con naturalidad y respeto.
Todos los años ayudamos a las familias con el control de esfínter de sus hijos. Para que la llegada al cole de “los mayores” sea más tranquilizadora, siempre respetando los ritmos de cada niño/niña.
Pero por primera vez en 23 años de experiencia, como profesional en la educación de los niños, no he podido hacerlo, pero no me voy a dar por vencida, por ello he preparado este artículo.
Para aquellos que no me conocéis, mi nombre es Raquel y espero ayudaros un poquito en esta nueva etapa tan bonita que vuestro peque va a superar y con ella crecerá su autonomía.
Este año como todos bien sabéis no hemos podido acabar el curso, hemos perdido todo el tercer trimestre, el cual esta lleno de enormes progresos. Cada curso, al terminarlo, miro a mis chiquitines y me emociono. Veo su evolución y se me cae la baba literalmente, ¡que grande es la especie humana!, como en cuestión de unos meses, se han convertido en personitas tan autónomas y con tanta iniciativa, sólo había que esperar.
Para mi el acompañar al niño en su control de esfínter es una filosofía de vida. Teniendo en cuenta mi experiencia y mi percepción de la esencia de la pedagogía Montessori, que tiene más que ver con la autonomía y en la que el pañal no se retira, ni se quita, el pañal se deja, el niño decide que se siente seguro y no los usa más, y eso no pasa en tres días, sino poquito a poco.
Los niños aprenden solos y nuestra función como padres se resume en respetarlos como las personas que son y facilitarles un ambiente preparado en el que puedan desarrollar su potencial. Necesitaremos facilitarle el acceso al baño y respetar su dignidad y sus tiempos.
Es decir NO se entrena al niño para que deje el pañal, con métodos basado en premios y castigos para que el niño cese en un comportamiento determinado (usar pañal), sino que se procura propiciar el ambiente adecuado para que el niño tome conciencia de cómo controlar las funciones de su cuerpo.
El periodo sensible del niño suele producirse en la franja de edad entre los 18-24 meses, esto no significa que necesariamente vaya a dejar de usar pañales a esta edad. Ni mucho menos que nosotros como padres, tengamos que quitar el pañal a nuestros hijos porque esté en un periodo sensible para ello. Más bien es justamente lo contrario.
Partimos de la base de que un niño pequeño, no tiene mucho control sobre su higiene. En el mejor de los casos, si puede decirlo, pedirá que le cambien en cuanto lo desee, pero siempre dependerá de un adulto para hacerlo. Sin embargo, y mucho antes del control total de esfínteres, podemos cooperar con ellos, y es a esto a lo que se refiere el periodo sensible. De la misma forma que cuando tienen seis meses y no tienen la habilidad de usar cubiertos, les animamos a comer comida con las manos, algo parecido pasa con el control de esfínteres. No se entiende como un entrenamiento tipo “como dejar el pañal en tres días”, sino como un acompañamiento de las necesidades del niño en cada momento.
Soy testigo cada año de cómo los niños y niñas a esta edad tienen un deseo enorme de ser autónomos. Supongo que gracias a tener el estímulo y ejemplo de sus compañeros de clase que ya no utilizan pañal les es más fácil. Pero eso no significa que vuestros hijos en casa no puedan igualmente conseguirlo, es mas debéis confiar en ellos porque lo van a conseguir. Ellos eligirán como y de que manera llevar su proceso y nuestro deber es respetarlo.
Estos son mis consejos para crear un ambiente preparado y/o favorecer que tome consciencia del proceso de control de esfínteres.
1 – Observa a tu hijo y adáptate al periodo sensible en el que se encuentra el niño.
Muchos niños empiezan a forcejear durante el cambio de pañal a partir del año-año y medio ¡o incluso antes! En ocasiones es simplemente para jugar con nosotros, pero a veces oponen una verdadera resistencia a permanecer tumbados y cambiarles de pie es una buena idea (con el tiempo coges práctica). Por supuesto, solo si el niño así lo desea, empieza por cambiarle de pie y frente a un espejo (si es posible), que vea lo que estás haciendo y sea consciente del proceso (al tumbarle no verá nada y el cambio de pañal será un proceso externo y lo vivirá como suyo).
El niño es el protagonista, nosotros somos sus meros asistentes en lo que él no pueda realizar, y permitirle que decida como, cuando y con que pañal cambiarle. Cuando le cambies el pañal, hazlo participe, pídele que elija su preferido (si usáis tela) y muestrale la diferencia entre seco y mojado y como tiramos la caca al wc porque ya no la necesitamos. Enséñale también a lavarse las manos y lo importante que es hacerlo cada vez que usemos el baño. Pronto empezará a hacerlo él también. Distraerle con juguetes, libros o el móvil puede ser necesario en un momento puntual, pero no es lo más indicado para que tome consciencia del proceso.
Cualquier ayuda innecesaria es un obstáculo para el desarrollo.
Normalizar la situación y entenderlo como algo natural es clave también. Suelen gustarle mucho los libros y cuentos sobre el control de esfínteres. Al final del articulo comparto alguno de ellos.
Si no lo haciais antes, permitid que pase con vosotros al baño y que observe lo que hacéis.
2 – Enséñale a hacerlo sin tu ayuda.
Cuando observes que ha comenzado este periodo sensible, compra con el peque braguitas o calzoncillos, que las elija ella/él y muéstrale como quitárselas y ponérselas solo. En un momento decidirán que quieren usarlas, ¡Cuando ella o él decida que le apetece y no antes! Al principio puede que necesiten cierta ayuda (llevarlos con ropa cómoda es la mejor opción), pero pronto lo dominará. Aunque no controlen aún esfínteres, el hecho de poder quitarse unas y ponerse otras sin ayuda de nadie ya es un paso enorme en su autonomía, de lo que se trata, ¿no? Repito, sólo si el niño quiere.
3 – Crea un “ambiente preparado” en el baño.
Prepara el baño de forma accesible, un orinal cómodo o un taburete + reductor y permite que pase contigo para ver lo que estés haciendo.
Cuando empiezan a andar es un buen momento para instalar un orinal. A no ser que lo hereden de un hermanito mayor, lo mejor es que lo elijan ellos mismos. Ya sabéis, es su proceso. Cuanto más sencillo, mejor, los orinales con música y/o aplausos grabados no son la mejor opción.
Este tipo de orinales es muy buena opción porque es como un wc chiquito y les resultaba muy cómodo. Además la parte en la que se deposita el pis es ligera y ellos mismos pueden limpiarlo cuando terminen. Si se lleva poco con sus hermanos, no será necesario, pues aprenderán por imitación, pero si no, le podemos explicar lo que es, para que sirve y le diremos que cuando esté listo y tenga ganas podrá usarlo si quiere. Otros niños prefieren empezar directamente con reductor, entonces asegurate de que sea cómodo para usarlo sólo sin nuestra ayuda.
Los pequeñines aprenden por imitación + motivación. Deja a su alcance ropa limpia y braguitas o calzoncillos, para que pueda quitárselas y ponérselas él sólo, también un cubo para dejar la ropa mojada o un fácil acceso a la lavadora. Si además ponéis la lavadora juntos, doble enseñanza.
4 – No uses premios, ni mucho menos castigos. El error es el motor del aprendizaje.
No sólo se considera que el niño y su dignidad están por encima de este tipo de prácticas, sino que además están directamente relacionados con el resultado y no con el desarrollo del proceso. En Mimos equivocarse no es algo a evitar, todo lo contrario, sirve para mejorar, para dominar el proceso. En casa tiene que ser igual.
Los métodos conductistas puede que funcionen en un periodo corto de tiempo, pero no favorecen ni la autonomía, ni la concepción que tiene de ellos mismos: Este tipo de prácticas generan una cierta dependencia hacia nosotros pues se traslada la expectativa interna del niño (ser independiente y autónomo) a una expectativa de los padres (los niños siempre quieren agradarnos y hacernos felices).
También os digo que la primera vez que un niño consigue hacer pis en el orinal o WC, es tal la alegría, que les montamos la fiesta de la victoria, con aplausos, vivas, danzas locas y gritos de alegría por doquier. ¡Tampoco podemos limitar el entusiasmo de los demás, no sería justo para ellos!
Yo tampoco pudo disimular una sonrisa de oreja a oreja, sus progresos siempre me emocionan, pero alegrarse por algo es distinto de dar un refuerzo positivo… Lo primero es natural, lo segundo conductismo.
5 – Sigue al niño.
Él te dirá como, cuando y de que manera quiere dejar el pañal, es su proceso, no el tuyo. Tú sólo puedes acompañarlo.
Empezarás a notar que quiere quitarse el pañal el solito, parecerá que le molesta e incluso a veces esto le llevará a la frustración y esta a la rabieta.
Cuando vas a cambiarlo de pañal observarás que lo lleva seco y en otras ocasiones lo llenará tanto que hasta el pañal se desbordará haciendo que se moje la ropita. Esto nos indica que el niño está preparado, ya es capaz de retener el pipí durante horas y cuando su vejiga no aguanta más expulsa el pipí.
Si por circunstancias ajenas a vuestra voluntad tenéis que acelerar el proceso, dosis extra de mimos y compresión durante su acompañamiento y sobre todo, la máxima flexibilidad que puedas darle.
¿Qué sucede si somos los adultos los que ponemos fecha a este proceso?
¿Qué sucede si somos nosotros los que decidimos cuándo “quitarles” el pañal?
Acelerar el proceso puede tener consecuencias catastróficas:
“La encopresis es un estreñimiento llevado a larga evolución, y es cierto que mucho niños a los que se le obliga a abandonar pronto el pañal, comienzan con estreñimiento funcional. El estreñimiento funcional aparece por estímulo doloroso que genera miedo. El miedo genera retención, y la retención estreñimiento, heces secas y duras retenidas y voluminosas. La retención mantenida, aumenta el tamaño del recto y altera la recepción del estado de llenado, es decir necesitan cada vez más heces para sentir que tienen ganas. Llega un momento que el recto esta tan distendido, que hacen caca por rebosamiento. Ésta es la encopresis: manchan la ropa interior continuamente, no hacen deposiciones completas,… “
Como padres, debemos observar los periodos sensibles y favorecer y propiciar un ambiente preparado para que aprendan lo que necesitan en ese momento. Que con 18-24 meses puede que no signifique un control total de esfínteres, pero si iniciarse en el proceso.
Por último me gustaría apuntar que el control de esfínteres es una combinación de dos factores: Voluntad y capacidad. Normalmente van de la mano, pero a veces hay pequeñas disincronías, a veces quieren, por imitación, por sentirse mayores, por superación personal, y no lo logran (o mejor dicho, no lo logran al ritmo que nos gustaría). Y otras, son capaces físicamente, pero el control de esfínteres requiere una responsabilidad de anticiparse, de hacer pis en sitios que no son conocidos, de hacer pis en la calle, en baños sucios, de depender de los adultos, que muchos niños no quieren asumir. Hay que respetarlo. Siempre y en todo caso. Incluso cuando cambian de opinion. El único mensaje que debemos transmitirle a nuestros hijos es “Te apoyo, estoy contigo”, nuestro amor incondicional es mucho más valioso que dejar antes o más tarde el pañal. Nosotros le pusimos su primer pañal, pero no podemos decidir cuando ponerle el último.